El petróleo venezolano sigue saliendo al mercado internacional, pero los dólares generados por estas ventas no están ingresando por completo a la economía formal del país, según se desprende de estudios y documentos a los que ha tenido acceso el diario The New York Times.
Según la información recabada, una parte significativa de los ingresos por exportaciones de crudo no llega a las arcas del Estado venezolano. Esto se debe a una serie de mecanismos que permiten desviar esos recursos hacia otros destinos, evitando que se incorporen a la economía nacional.
Una de las principales vías de fuga identificadas es el contrabando. Una porción importante del petróleo venezolano se estaría vendiendo de forma ilegal a través de redes de tráfico, principalmente con destino a Colombia y el Caribe. Estos canales informales permiten que los dólares generados por esas ventas no ingresen al sistema financiero formal de Venezuela.
Otra práctica que dificulta el ingreso de los recursos al país es la subfacturación de las exportaciones. Según los documentos analizados, algunas de las ventas de crudo al exterior se estarían registrando por debajo de su valor real, lo que reduce los ingresos que deberían percibir las arcas públicas.
Adicionalmente, se ha detectado que una porción de los pagos por las exportaciones de petróleo se estaría reteniendo en el exterior, sin llegar a ser repatriados a Venezuela. Esto ocurriría, por ejemplo, a través de mecanismos de compensación o sistemas de pago que evitan la entrada de los dólares al país.
Estas fugas y desvíos de recursos generados por las ventas de crudo han afectado seriamente la capacidad del gobierno venezolano para acceder a divisas frescas. Esto ha complicado aún más la ya difícil situación económica que atraviesa la nación sudamericana, con altos niveles de inflación, escasez de bienes y servicios, y una aguda crisis humanitaria.
Expertos consultados señalan que, para revertir esta situación, sería necesario implementar controles más estrictos sobre las exportaciones de petróleo y los flujos de divisas, así como fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas en torno a estos ingresos estratégicos para la economía venezolana.
