El calentamiento global no es el único fenómeno que nos preocupa en la actualidad. Según expertos, existe también un "calentamiento emocional" que está afectando cada vez más a la sociedad. Este fenómeno, que va más allá del cambio climático, se manifiesta en un estado de sobrecalentamiento interior que nos vuelve más reactivos, menos pacientes y más vulnerables al desorden interno.
El informe señala que este "calentamiento emocional" no se debe tanto a la temperatura exterior, sino a la falta de espacios donde nuestra energía pueda reposar y encontrar un punto de equilibrio. En un mundo cada vez más acelerado, con un ritmo de vida frenético y un bombardeo constante de estímulos, resulta cada vez más difícil encontrar esos momentos de calma y reflexión que nos permiten regular nuestras emociones.
"No es estrés, sino un modo de supervivencia que se vuelve costumbre", explica el texto. Y es que, ante la imposibilidad de bajar el ritmo, muchas personas terminan adoptando estrategias de supervivencia que a la larga pueden resultar perjudiciales para su salud mental y emocional.
Por eso, el informe hace un llamado a crear "microclimas internos" donde poder respirar y recuperar la calma. Pequeños gestos de autocuidado, como sentarse a la sombra o tener una conversación relajada, pueden ser claves para regular esa temperatura emocional que tanto nos desestabiliza.
"Hay una sabiduría profunda en enfriar la mente para recuperar claridad", señala el texto. Y es que, si bien el termómetro global no depende de nosotros, sí podemos aprender a regular la temperatura de nuestra alma, encontrando esos espacios de lentitud y serenidad que nos permitan enfrentar con más fortaleza los retos del día a día.
En definitiva, el "calentamiento emocional" se ha convertido en un problema global que requiere de nuestra atención y de nuestra capacidad de adaptación. Crear esos refugios internos donde poder recuperar el equilibrio y la calma será clave para transitar este momento de cambios y desafíos.











