La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) de Cuba eligió este jueves a José Luis Toledo Santander como nuevo secretario del Parlamento y el Consejo de Estado, en medio de una serie de movimientos en la cúpula del sistema político cubano.
Toledo Santander, de 72 años, es diputado por el municipio Plaza de la Revolución y se había desempeñado previamente como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos del Parlamento. Es licenciado en Derecho y doctor en Ciencias Jurídicas, con una larga trayectoria en la actividad legal y parlamentaria del régimen cubano.
La designación de Toledo Santander se produjo durante el VI período de sesiones ordinarias de la X Legislatura de la ANPP, en el que también se informó sobre la recepción de las renuncias de Homero Acosta Álvarez (hasta este jueves secretario de la Asamblea y del Consejo de Estado), Ulises Guilarte de Nacimiento y Ricardo Rodríguez González.
Además, en la misma sesión se reportaron otros cambios de dirección, como la incorporación de Litza Elena González Desdín como nueva integrante del Consejo de Estado, la elección de Oscar Silvera Martínez como presidente del Tribunal Supremo Popular y la aprobación de Rosabel Gamón Verde como ministra de Justicia.
El relato oficial no ofreció mayores detalles sobre las causas de estos relevos, limitándose a señalar que los funcionarios "presentaron sus renuncias" y que el Consejo de Estado las "aceptó", sin proporcionar explicaciones públicas verificables para estos cambios que afectan a la cúpula del sistema político cubano.
En paralelo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, presentó al plenario la propuesta de "liberación" de Rubén Remigio Ferro como presidente del Tribunal Supremo Popular tras 27 años en esa responsabilidad, y propuso para sustituirlo a Oscar Silvera Martínez, actual ministro de Justicia.
La cobertura oficial describió el relevo de Rubén Remigio Ferro como un "movimiento de cuadros" y presentó el cambio como un trámite de aprobación parlamentaria, sin ahondar en las razones detrás de esta decisión.
Estos movimientos en la cúpula del sistema político cubano se producen en un momento de importantes desafíos para el régimen, que enfrenta una crisis económica y social agravada por las sanciones internacionales y la pandemia de COVID-19. La falta de explicaciones públicas sobre los motivos de estos cambios genera interrogantes sobre los posibles reajustes y reacomodos de poder que podrían estar teniendo lugar dentro de la élite gobernante.
