Hoy, 18 de diciembre, se conmemora el Día Internacional de los Migrantes, declarado por Naciones Unidas con el objetivo de superar los prejuicios y reconocer los aportes económicos y sociales de quienes vienen de otros países. Sin embargo, en medio de esta celebración, UNICEF ha expresado una profunda preocupación: la situación de los niños que migran solos y que se enfrentan a todo tipo de riesgos.
Según datos de la agencia de la ONU, cada año miles de niños y adolescentes emprenden peligrosos viajes, huyendo de la violencia, la pobreza o los desastres naturales en sus países de origen. Muchos de ellos llegan a sus destinos finales sin la compañía de sus padres o tutores legales, convirtiéndose en los más vulnerables ante la trata de personas, la explotación y el abuso.
"Estos niños migrantes no acompañados se enfrentan a una doble vulnerabilidad: por un lado, son niños, y por el otro, son migrantes. Esto los expone a una serie de riesgos que pueden marcar sus vidas para siempre", explica Paloma Escudero, directora de Comunicación de UNICEF.
Uno de los principales desafíos es garantizar que estos menores tengan acceso a servicios básicos como salud, educación y protección. Muchos de ellos carecen de documentos de identidad, lo que les dificulta el acceso a estos derechos fundamentales. Además, enfrentan barreras ling ísticas y culturales que complican aún más su integración en las sociedades de acogida.
"Estos niños no solo han tenido que dejar atrás sus hogares y familias, sino que también se ven obligados a adaptarse a un nuevo entorno, con costumbres y normas diferentes. Es una carga emocional y psicológica enorme que les puede generar traumas de por vida", agrega Escudero.
Ante esta situación, UNICEF hace un llamado urgente a los gobiernos y a la sociedad civil para que redoblen esfuerzos y garanticen la protección de los derechos de los niños migrantes no acompañados. Esto implica, entre otras cosas, asegurar que cuenten con alojamiento adecuado, acceso a servicios de salud y educación, y que se les brinde asistencia legal y psicológica durante todo el proceso migratorio.
"Estos niños son los más vulnerables de entre los vulnerables. Tenemos la obligación moral y legal de velar por su bienestar y garantizar que puedan reconstruir sus vidas con dignidad. No podemos fallarles", concluye la directora de Comunicación de UNICEF.
