Un caso de corrupción y amenazas en el sistema penitenciario chileno ha sacudido los cimientos de Gendarmería. Un suboficial de la institución, conocido como "Doctor" o "Camarón", está bajo la lupa de la fiscalía por un sospechoso incremento patrimonial, mientras que un comandante de la misma cárcel sufrió un ataque a su domicilio por parte de sujetos vinculados al Tren de Aragua.
La investigación revela una trama compleja que involucra a varios funcionarios de Gendarmería. Por un lado, el suboficial "Doctor" habría proporcionado información confidencial sobre el domicilio del comandante amedrentado, facilitando así el ataque a su vivienda. Por otro lado, se sospecha que el "Doctor" estaría involucrado en negocios ilícitos con los reclusos de la cárcel de Santiago 1, donde ambos funcionarios trabajaban.
Según los antecedentes, la Policía de Investigaciones (PDI) había visitado a comienzos de este año una propiedad del suboficial en Cauquenes, llamando la atención de las autoridades por su rápida construcción y el alto costo de la inversión. Esto desencadenó una investigación por parte del Ministerio Público sobre el patrimonio del funcionario y su posible enriquecimiento ilícito.
Paralelamente, el comandante amedrentado había sido un elemento incómodo para los gendarmes que tenían negocios con los internos, ya que había ordenado varios allanamientos a las zonas VIP de la cárcel, incautando elementos prohibidos como celulares, alcohol y drogas. El ataque a su domicilio habría sido una represalia directa a su trabajo.
La fiscalía ha logrado establecer que al menos cuatro funcionarios de Gendarmería realizaron consultas al sistema interno de la institución para acceder a la información personal del comandante, semanas antes del ataque a su casa. Además, se investiga un pago de $500 mil que habrían recibido los imputados por el atentado.
Este caso se suma a una investigación más amplia por corrupción en la cárcel de Santiago 1, que esta semana derivó en la detención de más de 40 gendarmes acusados de cohecho, enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Los hechos revelan la penetración del crimen organizado, específicamente del Tren de Aragua, en el sistema penitenciario chileno. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, parece que los reclusos siguen operando con comodidad desde las cárceles, contando con la complicidad de algunos funcionarios.











