El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció este jueves medidas más drásticas para combatir "el odio, la división y la radicalización" en el país, luego del atentado terrorista masivo ocurrido el domingo en Bondi Beach, Sídney, que dejó 16 muertos y decenas de heridos.
Albanese prometió endurecer la legislación sobre armas de fuego y cancelar visas a quienes difundan discursos de odio. "Está claro que tenemos que hacer más para combatir este malvado flagelo, mucho más", sostuvo el mandatario en conferencia de prensa.
La decisión se da después de que el lunes pasado, Albanese propusiera revisar la normativa sobre armas y establecer límites más estrictos a la cantidad permitida por persona. Esto, tras conocerse que el padre del atacante, Naveed Akram, de 50 años, disponía de licencia para poseer seis armas de fuego, las cuales habrían sido utilizadas en la masacre.
"El gobierno está dispuesto a tomar todas las medidas necesarias, incluida la necesidad de leyes de armas más estrictas", afirmó Albanese, quien también anunció que su administración continuará la presión contra los predicadores extremistas y cancelará las visas a las personas que difundan el odio.
Por otra parte, la policía australiana imputó este miércoles a Naveed Akram por terrorismo, 15 cargos de asesinato y varios delitos adicionales. Según el comunicado oficial, "la policía alegó ante el tribunal que el hombre incurrió en una conducta que causó la muerte, lesiones graves y puso en peligro la vida para promover una causa religiosa y generar miedo en la comunidad".
Las autoridades indicaron que las evidencias iniciales apuntan a un ataque terrorista inspirado en ISIS, organización considerada terrorista por Australia. Durante los allanamientos, los agentes encontraron dos banderas artesanales del Estado Islámico dentro de un vehículo registrado a nombre de Akram y estacionado cerca de la playa.
El jueves también se llevó a cabo el funeral de Matilda, la niña de 10 años y víctima más joven del tiroteo. En el servicio, el rabino leyó un mensaje de la escuela de la menor, quien fue recordada como "nuestro pequeño rayo de sol" y "la joven más amable, cariñosa y compasiva".
Ante la tragedia, el primer ministro Albanese reiteró la urgencia de tomar medidas contundentes para combatir la radicalización y el odio en Australia. "Tenemos que hacer mucho más", enfatizó, en medio del dolor y la conmoción que sacude al país.










