En su más reciente obra, el aclamado escritor Zarko Pinkas-Ramírez nos sumerge en una cautivadora exploración de la eternidad que se esconde en las noches. Bajo el título "Cuando la noche dura eternamente", el autor nos guía a través de un viaje poético donde el tiempo parece doblarse sobre sí mismo, dando paso a instantes mágicos e intemporales.
En su descripción, Pinkas-Ramírez pinta un escenario en el que "las luces se alargan como promesas" y "el tiempo se dobla sobre sí mismo". Nos invita a ser partícipes de esa danza entre latidos y risas, donde no hay "cuentas pendientes en la agenda" ni "futuro detenido en la puerta". Es en ese espacio fuera del tiempo donde los ojos del autor se convierten en "dos faros encendidos" que nos guían hacia "un instante sin medida".
Cada paso se convierte en un pacto, y cada sombra en una historia por contar, como si la noche se negara a terminar. Es en ese limbo etéreo donde el escritor nos permite vislumbrar la esencia misma de la experiencia humana, despojada de las ataduras del reloj y entregada a la magia del momento presente.
La prosa de Pinkas-Ramírez destila una sensualidad y una profundidad emocional que cautivan al lector, transportándolo a esos instantes en los que el mundo parece detenerse y la noche se vuelve eterna. Es una invitación a sumergirse en la belleza de lo efímero, a abrazar la fugacidad de los momentos y a encontrar la trascendencia en lo aparentemente ordinario.
A través de este cautivador texto, Zarko Pinkas-Ramírez nos recuerda que, en medio de la vorágine de la vida, existen oasis de eternidad donde podemos encontrar la paz y la conexión que tanto anhelamos. Una obra que invita a la reflexión, a la contemplación y a la celebración de esos preciosos instantes que se resisten a ser atrapados por el paso del tiempo.












