La psiquiatra española Marian Rojas Estapé identificó 14 comportamientos frecuentes en las personas mayores que pueden generar malestar en su entorno familiar y social. Desde la repetición constante de historias hasta la falta de gratitud, la experta ofrece claves para entender y manejar estas situaciones con empatía.
La vejez es un proceso complejo que conlleva cambios profundos a nivel físico, emocional y cognitivo. Si bien envejecer es un privilegio, algunas de estas transformaciones pueden derivar en hábitos que pueden resultar irritantes para quienes rodean al adulto mayor.
Marian Rojas Estapé, reconocida psiquiatra española, ha identificado 14 de estos comportamientos y ha ofrecido recomendaciones tanto para la persona mayor como para su entorno, con el objetivo de fomentar una mejor comprensión y convivencia.
Uno de los hábitos más comunes es la repetición constante de las mismas historias. Esto se debe a los cambios que experimenta el cerebro con la edad, que dificultan el registro de que ya se ha contado esa anécdota. Rojas Estapé sugiere escuchar con paciencia las primeras veces y luego desviar suavemente la conversación.
Otro de los comportamientos mencionados es la rigidez del pensamiento, es decir, la incapacidad para abrirse a nuevas ideas o formas de hacer las cosas. Esto se relaciona con la disminución de la neuroplasticidad cerebral y el miedo al cambio. La experta recomienda no tomar esta actitud como algo personal y elegir cuidadosamente las batallas a enfrentar.
La queja constante, la invasión de los límites personales, el descuido en el cuidado personal, los comentarios inapropiados y el manejo inadecuado del dinero son otros de los hábitos que pueden generar malestar en el entorno del adulto mayor.
Asimismo, Rojas Estapé aborda la manipulación emocional, la comparación constante, la resistencia a adaptarse a los tiempos modernos, la necesidad de atención permanente, el consumo excesivo de alcohol o medicamentos, el aislamiento voluntario y la falta de gratitud.
En cada caso, la experta ofrece recomendaciones para abordar estas situaciones con empatía y firmeza, sin caer en confrontaciones que puedan empeorar el vínculo. El objetivo es comprender que estos comportamientos, si bien pueden resultar difíciles de manejar, son parte de un proceso de envejecimiento complejo y merecen ser tratados con paciencia y cariño.
En última instancia, Rojas Estapé subraya que la clave no está en cambiar a la persona mayor, sino en modificar nuestra propia relación con lo que sucede. Entender que no podemos controlar el comportamiento del otro, pero sí podemos elegir cómo reaccionamos ante él, es fundamental para mantener una convivencia armoniosa y respetuosa.


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