El Perú enfrenta una crisis alarmante en el manejo de la inversión pública, según un estudio del Banco Mundial. Entre 2012 y 2023, casi la mitad (45%) de los 132,000 proyectos de inversión pública iniciados han sido abandonados, es decir, se ha gastado menos del 90% del presupuesto y no han tenido desembolsos en al menos 18 meses.
Esto significa que se han desperdiciado casi la mitad del presupuesto anual de inversiones públicas, lo que equivale a más de S/ 200 mil millones. El economista De La Oroya, autor de la columna, señala que esta realidad empeora cada año, pues el número de proyectos abandonados se duplica cada tres años.
Según el Banco Mundial, la calidad de la inversión pública en el Perú "se encuentra 40% debajo de sus posibilidades" y "permanece por debajo de la media de países comparables". Esto se debe a que dos tercios de la inversión pública están a cargo de gobiernos locales y regionales, sin supervisión independiente, y el 80% de los nuevos proyectos no fueron parte de ningún proceso de planificación o priorización.
"La explicación es compleja y la detallaremos a continuación, pero en sencillo lo podemos abreviar a: porque así es más fácil de robar. Como siempre, cuando el dinero 'es de todos', nadie lo cuida y por lo tanto resulta más fácil robarlo", afirma el economista.
El deterioro del sistema de inversión pública en el Perú ha sido gradual, pero se aceleró a partir de 2016, cuando se cambió la normativa para agilizar la ejecución de proyectos, lo que derivó en "novedosas y más flexibles interpretaciones" y una mayor discrecionalidad del Congreso.
Ante esta situación, el autor hace un llamado a los partidos políticos y al próximo gobierno a priorizar la reforma del sistema de inversión pública, pues "aquí hay una causa común ciudadana, popular y urgente". Propone tener un planeamiento mínimo e integral de proyectos, completar los que valgan la pena y repensar el sistema para ejecutar menos inversiones, pero de mayor impacto.












