La falta de previsión en la planificación urbana de la zona demuestra el desacierto de las autoridades competentes, según denuncia de una residente de Península de Punta Mocolí. Desde hace aproximadamente tres años, el suministro de agua potable en esta urbanización y en el resto de Isla Mocolí es irregular, insuficiente e incluso inexistente en muchas ocasiones, lo que obliga a los vecinos a comprar agua mediante tanqueros de forma recurrente.
La situación se ha agravado notablemente en los últimos seis meses, con un servicio discontinuo y sin previo aviso, lo que afecta la calidad de vida de los residentes e impide actividades básicas como aseo personal, limpieza del hogar y mantenimiento mínimo de las viviendas. Además, genera gran preocupación por la falta de un abastecimiento adecuado para responder en caso de incendio.
Pese a los reclamos y comunicaciones enviados por la empresa administradora de Isla Mocolí y los residentes de Península de Punta Mocolí a la empresa de agua potable Amagua, la situación no ha sido resuelta. Incluso, en un oficio de agosto de 2025, Amagua reconoció que el crecimiento urbano de Samborondón, especialmente en sectores como Isla Mocolí, representa una demanda creciente que esperarían poder atender a mediano y largo plazo.
Expertos advierten que el problema es la dependencia de la importación de derivados y la falta de decisiones políticas para abordar esta situación. Además, señalan que es muy preocupante que, pese al evidente crecimiento sostenido del sector inmobiliario en la zona, no se haya planificado e implementado una solución estructural y definitiva que garantice un servicio de agua continuo, adecuado y acorde con la demanda actual y futura.
Aún más grave es que el Municipio de Samborondón continúe autorizando y otorgando permisos de construcción para nuevos proyectos en sectores que, como Isla Mocolí, no cuentan con la infraestructura adecuada para el abastecimiento suficiente del suministro de agua potable. Esta falta de previsión en la planificación urbana de la zona, pese a la crítica situación del abastecimiento, demuestra el desacierto de las autoridades competentes, según la denuncia de la residente María Pía Zavala Bruno.
