Mustafá Suleyman, pionero de la inteligencia artificial y cofundador de DeepMind, advierte sobre los enormes cambios que se avecinan debido al acelerado desarrollo de la IA y otras tecnologías disruptivas. En una extensa entrevista, el actual CEO de Microsoft AI habla sobre los peligros y promesas de esta revolución, y propone un ambicioso programa de "contención" para mantener el control sobre estos avances.
Suleyman, de 41 años, reconoce que el camino de la IA está más enfocado en la automatización y el desplazamiento de trabajos que en el mejoramiento de las capacidades humanas. Sin embargo, afirma que es posible crear una "superinteligencia humanista" que amplíe el potencial de las personas en lugar de reemplazarlas.
"Mi mayor temor es que actores malintencionados utilicen la tecnología de formas peligrosas. Mi mayor esperanza es que todas las personas vivas puedan sentir los beneficios de una revolución de la inteligencia que les dé recursos para lograr y hacer más, dondequiera que estén", señala.
Para lograrlo, Suleyman propone un ambicioso programa de "contención" de la IA que involucre medidas de seguridad integradas, sistemas de auditoría, regulación gubernamental y acuerdos internacionales. Advierte que sin un marco integral de control, "cualquier otro debate sobre ética, riesgos o beneficios se vuelve inconsecuente".
El experto sostiene que las humanidades y las perspectivas interdisciplinarias son esenciales para guiar el desarrollo de la IA, y que incluso la empatía puede ser "programada" en estos sistemas, siempre que se entienda como un apoyo a las relaciones humanas, no como un reemplazo.
"Tendemos a sobreestimar el impacto a corto plazo de la tecnología y a subestimar sus consecuencias a largo plazo. Eso significa que aún hay tiempo y un margen de maniobra enorme para que todos participemos, nos sumemos a movimientos por un cambio positivo y aprendamos a influir en estas herramientas para obtener los mejores resultados posibles", concluye Suleyman.
