Guillermina Valdés, la reconocida empresaria y expareja de Marcelo Tinelli, abrió su corazón y compartió una reflexión íntima sobre el proceso que vivió al enterarse de la orientación sexual de su hija Paloma Ortega. En una entrevista con el programa "A la mañana con Moria" (El Trece), Valdés habló con honestidad sobre cómo enfrentó esta situación y el aprendizaje que significó para ella como madre.
Según relató Valdés, el vínculo que mantiene con sus hijos -Dante, Paloma, Helena y Lorenzo- se caracteriza por el diálogo constante y la reciprocidad. Sin embargo, cuando Paloma, a los 16 años, decidió compartir con su madre sus preferencias sexuales, la situación la interpeló de manera especial. "Fue mi ego el que se sintió herido por haber estado desconectada como mamá", confesó Valdés, al tiempo que subrayó la importancia de estar presente, atenta y disponible en la vida de los hijos, incluso cuando se cree que el vínculo es cercano.
En cuanto a su mirada sobre la sexualidad y el acompañamiento familiar, Valdés fue contundente al remarcar que no define a las personas por su orientación sexual. "La sexualidad tiene que ver con una elección y no es algo de la identidad. Yo siempre les digo que lo que cada uno haga en su vida privada, es su vida privada", sostuvo. En ese sentido, señaló que su rol como madre es acompañar y aconsejar, sin imponer etiquetas ni emitir juicios.
Paloma Ortega, de 23 años, mantiene un perfil bajo y recientemente hizo pública su relación con Ana Mir Bertone, hija del locutor Lalo Mir. Al igual que su madre, la joven se desempeña en el mundo de la moda y, según su entorno, eligió resguardar su vida privada, alejándose de la exposición mediática que suele rodear a su familia.
La vida personal de Valdés ha estado marcada por relaciones de largo plazo y separaciones significativas. Conoció a Sebastián Ortega en 1998, con quien tuvo tres hijos: Dante, Paloma y Helena. Más tarde mantuvo una relación de ocho años con Marcelo Tinelli, fruto de la cual nació Lorenzo. Estas experiencias, según explicó, influyeron en la dinámica familiar actual, donde prioriza el bienestar de sus hijos y la transformación de los vínculos tras las rupturas.
"Uno no reconstruye. Uno tiene niños y el vínculo se transforma. Somos padres de un hijo con Marcelo y con Sebastián somos padres de tres. Es eso", señaló Valdés, dejando en claro que el eje está puesto en la parentalidad y no en los conflictos del pasado. Además, reflexionó sobre el impacto emocional de las separaciones en la crianza, describiendo el proceso de ruptura como un camino doloroso, más allá de quién haya tomado la decisión final.
En definitiva, el relato de Guillermina Valdés muestra su capacidad de reflexión y crecimiento personal, al tiempo que evidencia su compromiso como madre en acompañar a sus hijos en los momentos clave de sus vidas, incluyendo la aceptación de la orientación sexual de Paloma. Su honestidad y empatía la convierten en un ejemplo de una maternidad consciente y transformadora.












