Venezuela denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Estados Unidos cometió un acto de "piratería marítima" al abordar, secuestrar y robar un cargamento de petróleo venezolano en aguas internacionales.
En una misiva formal presentada por el representante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, se calificó el incidente como parte de una "política sostenida de coerción y agresión" contra el país, basada en "medidas coercitivas unilaterales, ilegales e ilegítimas".
Moncada argumentó que cuando una fuerza militar estatal comete actos idénticos a los de la piratería, la gravedad del hecho "agrava la acción hostil" y compromete la integridad del sistema multilateral. Además, señaló que la Carta de la ONU prohíbe categóricamente el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, competencia exclusiva del Consejo de Seguridad.
Venezuela exigió a Estados Unidos la liberación inmediata de la tripulación secuestrada, la devolución del petróleo confiscado y el cese de cualquier interferencia contra su comercio petrolero legítimo. También instó al Consejo de Seguridad a condenar públicamente este acto y actuar para preservar la seguridad de la navegación.
El gobierno venezolano solicitó que se reafirme, por escrito, que no existe ninguna resolución que autorice acciones contra Venezuela ni contra su comercio de petróleo.
La denuncia de Venezuela se produce en un contexto de tensiones geopolíticas y sanciones económicas impuestas por Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro. El incidente del petróleo se suma a una larga lista de disputas y acusaciones mutuas entre ambos países.












