La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dada a conocer el pasado 5 de diciembre, ha generado fuertes reacciones a nivel internacional. Por un lado, el documento plantea un "retorno de la Doctrina Monroe" y la necesidad de restaurar el "predominio estadounidense" en la región, lo que ha sido interpretado como una advertencia a los países del hemisferio.
Por otro lado, en la misma jornada, el presidente francés Emmanuel Macron concluía una visita de Estado a China, en la que ambos líderes reafirmaron su compromiso con el multilateralismo, la cooperación y la construcción de un "mundo multipolar equitativo y ordenado". Macron incluso criticó duramente algunas de las posturas expresadas en la Estrategia de Seguridad de Estados Unidos.
Este choque de visiones refleja las profundas diferencias que existen a nivel global respecto al orden internacional. Mientras Washington busca reafirmar su influencia en la región, países como Francia y China abogan por una mayor cooperación y un sistema más equilibrado de poder.
Para Chile, país abierto al mundo y con una economía fuertemente dependiente del comercio internacional, esta coyuntura representa un importante desafío. Deberá navegar con cautela entre las distintas fuerzas geopolíticas, buscando fortalecer sus vínculos de manera diversificada y aprovechar las oportunidades que surjan en este complejo escenario.
Los analistas coinciden en que Chile debe adoptar una estrategia internacional realista y serena, que le permita reforzar sus lazos a nivel global, más allá de la dinámica entre Estados Unidos y sus rivales. Solo así podrá encontrar su propio camino hacia el 2050, en un mundo cada vez más multipolar e interdependiente.












