La confianza de la ciudadanía española en la información publicada por los medios de comunicación ha vuelto a descender, situándose en una nota media de 5,4 sobre 10, el registro más bajo desde 2022, según revela el XXII Informe Anual de la Profesión Periodística, elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
El deterioro de la credibilidad de los medios es especialmente visible entre los jóvenes de entre 18 y 30 años, quienes conceden más confianza a colaboradores no periodistas y a fuentes directas en redes sociales que a la información elaborada por periodistas. Casi un 30% de los jóvenes encuestados confía más en un colaborador no periodista que en un profesional de la información.
Las principales causas de esta crisis de confianza, según los ciudadanos, son la pérdida de credibilidad de los medios (44%), la falta de rigor informativo (41%), la excesiva identificación de los medios y periodistas con determinadas ideologías o partidos políticos (43%) y el "amarillismo" que a veces ofrecen (33%).
Los propios periodistas reconocen que la población tiene una opinión negativa sobre su labor, y se suspenden en cuanto a su independencia, otorgándose una nota de 4,8 sobre 10. Además, consideran que la excesiva identificación de los medios con algunas opiniones es el principal motivo de la crisis de confianza.
Otro factor preocupante es la consolidación de la desinformación como una amenaza estructural. El 91% de los periodistas, seis puntos más que el año pasado, considera que los bulos y las noticias falsas representan ya un problema muy importante en España.
La precariedad laboral también sigue siendo un problema grave para la profesión. Un 35% de los periodistas califica su situación como precaria, y el 68% cree que estas condiciones afectan directamente a la calidad de la información que recibe la ciudadanía. Más de la mitad de los freelance cobran menos de 100 euros netos por pieza.
Ante esta situación, los profesionales encuestados consideran que la principal solución sería la subida salarial y la compensación de la pérdida de poder adquisitivo en los últimos años.
El informe también alerta del aumento del trabajo autónomo forzado, con el porcentaje de periodistas que se declaran falsos autónomos pasando del 10% al 14% en un año.
Además, la salud mental de los periodistas es una preocupación creciente, con niveles de estrés y desgaste que, según el informe, empiezan a ser preocupantes.
En cuanto a la tecnología, la inteligencia artificial gana presencia en las redacciones, aunque crece la preocupación por su impacto en el empleo.
Entre los pocos indicadores positivos, el informe recoge una segunda bajada consecutiva del paro en el sector. Sin embargo, la APM subraya que esta mejora no compensa la pérdida de estabilidad ni de poder adquisitivo acumulada.
