La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) determinó que integrantes del Ejército mexicano violaron sexualmente y torturaron a Ernestina Ascencio, una mujer indígena náhuatl de 73 años, en febrero de 2007. La sentencia, notificada este 16 de diciembre de 2025, también señala que el Estado mexicano incumplió su obligación de brindar atención médica oportuna a la víctima, lo que derivó en su muerte.
El tribunal internacional concluyó que la agresión sufrida por Ernestina Ascencio, quien falleció horas después sin recibir la intervención quirúrgica que requería, constituyó una violación a diversos derechos humanos protegidos por la Convención Americana, entre ellos el derecho a la vida, integridad personal, garantías judiciales, igualdad ante la ley, protección judicial y salud.
La Corte IDH estableció que la investigación ministerial no se condujo con la debida diligencia reforzada que exige un caso de violencia sexual contra una mujer indígena adulta mayor. Según el fallo, la indagatoria fue cerrada prematuramente y sin agotar todas las líneas de investigación necesarias, además de estar marcada por estereotipos que desacreditaron las declaraciones de la víctima y sus familiares.
Asimismo, el tribunal interamericano documentó que los hijos e hijas de Ernestina Ascencio enfrentaron obstáculos estructurales para acceder a la justicia, derivados de su condición de personas indígenas monoling es, y que sufrieron presiones e intimidaciones para frenar su búsqueda de verdad y justicia.
Como parte de las medidas de reparación integral ordenadas al Estado mexicano, la Corte IDH dispuso la realización de un acto público de reconocimiento de responsabilidad, la publicación de la sentencia, el pago de indemnizaciones a los familiares y la implementación de programas de capacitación a personal médico y de procuración de justicia sobre atención a víctimas indígenas.
El caso de Ernestina Ascencio Rosario se remonta al 25 de febrero de 2007, cuando la mujer indígena salió de su vivienda en la comunidad de Tetlatzinga, Veracruz, y fue encontrada horas después con signos visibles de violencia física y sexual. Tras ser trasladada por sus familiares en busca de atención médica, Ernestina Ascencio falleció la madrugada del 26 de febrero en el Hospital Regional de Río Blanco, sin haber recibido la intervención quirúrgica que requería.
Antes de morir, la víctima alcanzó a declarar a sus hijos e hijas, en lengua náhuatl, que había sido atacada sexualmente por un grupo de soldados. Sin embargo, la investigación oficial inicialmente concluyó que la causa de muerte había sido una gastritis, desestimando las evidencias de agresión sexual.
Tras años de obstáculos y negativas a acceder al expediente, los familiares de Ernestina Ascencio acudieron al sistema interamericano de derechos humanos, logrando que la Comisión Interamericana determinara en 2023 la existencia de graves violaciones a los derechos de la víctima y sus allegados. Finalmente, la Corte IDH emitió su sentencia condenatoria contra el Estado mexicano.











