Tras semanas de agonía, finalmente falleció doña Adelaida Ocampos de Aquino (63), quien había sido víctima de una brutal agresión por parte de su ex yerno, el docente Cayetano Villalba Britos, conocido en la zona. La agresión ocurrió el mes pasado cuando Villalba ingresó violentamente a la vivienda de su ex pareja, Salvadora Aquino, portando un machetillo. La mujer logró escapar junto a su hijo, pero su madre quedó a merced del violento, quien le propinó un golpe devastador en la cabeza que le causó un traumatismo craneoencefálico severo.
Desde entonces, Adelaida permaneció internada en terapia intensiva en el Hospital Nacional de Itauguá, conectada a equipos médicos, hasta que finalmente su cuerpo no resistió más. El caso generó fuerte indignación social desde el inicio, especialmente cuando el juez Nelson Mercado dispuso arresto domiciliario para el agresor, medida que fue duramente cuestionada por vecinos y organizaciones. La presión ciudadana obligó a revocar la resolución y Villalba fue trasladado a la Penitenciaría Regional de Concepción, donde permanece recluido.
Con la muerte de la víctima, la causa judicial da un giro trascendental: la carátula será modificada a homicidio doloso, aumentando la gravedad del proceso y las expectativas de una sanción ejemplar contra el docente agresor. Este brutal crimen ha conmocionado a la comunidad y ha puesto en evidencia la urgente necesidad de endurecer las penas y protocolos de seguridad para prevenir la violencia de género en Paraguay.
Paralelamente, en otro hecho delictivo, un joven con frondosos antecedentes fue apresado tras ser sorprendido en un robo domiciliario en la ciudad de J.A. Saldivar. El acusado, identificado como Steven Rafael Ruiz Vega (23), ya cuenta con varias causas por hurto y robo agravado entre los años 2024 y 2025, además de una orden de detención vigente. Tras ser reducido por los vecinos, fue entregado a las autoridades y quedó a disposición de la Justicia.
Por otro lado, en la ciudad de Santaní, una trágica noticia conmocionó a la comunidad cuando una adolescente de 16 años, Mía Magdalena Peralta Ag ero, perdió la vida al ahogarse en las aguas del arroyo Tapiracuái. La joven se encontraba bañándose junto a su madre y su pareja cuando fue arrastrada por la corriente. Las autoridades continúan con los trámites legales y el acompañamiento a los familiares en este difícil momento.
Estos lamentables hechos ponen de manifiesto la necesidad de reforzar los mecanismos de seguridad y prevención de la violencia en Paraguay, así como de brindar un mayor apoyo a las víctimas y sus familias. Las autoridades competentes deberán actuar con celeridad y determinación para garantizar la justicia y la protección de la ciudadanía.












