El cometa 3I/ATLAS, que despertó gran curiosidad entre científicos y el público en general desde su descubrimiento, ha sido objeto de estudio exhaustivo. Aunque su trayectoria nunca representó una amenaza real para nuestro planeta, los expertos han realizado simulaciones hipotéticas sobre lo que ocurriría si este objeto impactara contra la Tierra.
Según la información proporcionada por la NASA y otros organismos científicos internacionales, el cometa 3I/ATLAS mantuvo una distancia segura de cientos de millones de kilómetros de nuestro planeta durante todo su tránsito. Sin embargo, mediante el uso de Inteligencia Artificial, se han generado escenarios ficticios sobre las consecuencias de un eventual choque.
De acuerdo con las simulaciones realizadas por Google Gemini, un impacto directo del cometa 3I/ATLAS contra la Tierra liberaría una energía equivalente a miles de bombas atómicas, lo que provocaría una extinción masiva en la zona de impacto. Además, se desencadenarían terremotos de gran magnitud, ondas de choque capaces de generar vientos extremos a escala global y, en caso de que el impacto ocurriera en el océano, se formarían tsunamis de gran dimensión que arrasarían las costas.
Otro efecto devastador sería la generación de incendios masivos debido al calor liberado por el impacto. Tras el choque, grandes cantidades de polvo y escombros bloquearían la luz solar, provocando un invierno planetario. La caída de temperaturas y la falta de fotosíntesis colapsarían las cadenas alimenticias, a lo que se sumaría la lluvia ácida y un severo deterioro ambiental que afectaría tanto a los ecosistemas terrestres como marinos.
Aunque un evento de esta magnitud sería comparable a la extinción de los dinosaurios, la ciencia es clara: el cometa 3I/ATLAS nunca representó una amenaza real para la Tierra. De hecho, este próximo 19 de diciembre, el cometa volverá a acercarse a nuestro planeta, pero manteniendo una distancia segura, sin representar peligro alguno.












