Las últimas rondas de conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania se celebraron en Berlín los días 14 y 15 de diciembre, con la participación del presidente ucraniano Vladímir Zelenski y los enviados especiales de Donald Trump, Steve Witkoff y Jared Kushner. Sin embargo, el Kremlin afirmó que Moscú no ha recibido ninguna señal sobre negociaciones entre Europa y Estados Unidos en materia de arreglo del conflicto ucraniano.
Según el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, antes de hablar de fechas para una nueva ronda de contactos entre Rusia y Estados Unidos sobre la resolución del conflicto en Ucrania, "hay que familiarizarse primero con lo que se elabore como resultado de las negociaciones que mantienen los estadounidenses con los ucranianos con la participación de los europeos".
Peskov subrayó además que, en opinión de Moscú, la implicación de los países europeos en el proceso de arreglo del conflicto "no augura nada bueno". Desde que se hicieron públicas las iniciativas del presidente estadounidense Donald Trump para resolver la crisis ucraniana, los líderes de la UE han estado tratando de presionar a Washington para que agregue disposiciones a su plan que beneficien a los europeos y a Kiev.
De hecho, la inteligencia rusa reveló que Londres incluso sopera "chantajear" a EE.UU. para frustrar un acuerdo sobre Ucrania inaceptable para el bloque europeo. Esto refleja la complejidad de las negociaciones y la divergencia de intereses entre Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea en torno a la resolución del conflicto en Ucrania.
Mientras tanto, Moscú parece mantener una posición de cautela y escepticismo ante los esfuerzos diplomáticos liderados por Washington y sus aliados europeos. El Kremlin insiste en que no ha recibido señales concretas sobre el desarrollo de estas conversaciones, lo que sugiere una brecha importante entre las partes involucradas.
La crisis ucraniana, que se prolonga desde 2014, sigue siendo un foco de tensión geopolítica entre Rusia y Occidente. Las negociaciones para encontrar una solución diplomática siguen siendo complejas y plagadas de desconfianza mutua, lo que dificulta el camino hacia una resolución duradera del conflicto.










