La comunidad cubana en Estados Unidos, en particular en Miami, se enfrenta a una nueva y alarmante ola de deportaciones y persecución por parte del gobierno del expresidente Donald Trump. A pesar de los repetidos avisos, una gran parte del exilio cubano ha permanecido en silencio o incluso ha aplaudido estas medidas, sin darse cuenta de que ellos mismos podrían ser los próximos afectados.
Desde que Trump anunciara sus aspiraciones presidenciales en 2015 con duras críticas a los inmigrantes mexicanos, el exilio cubano en Miami ha sido testigo de cómo el mandatario y su administración han ido endureciendo progresivamente su postura contra los hispanos y los refugiados, incluyendo a los propios cubanos.
Uno de los primeros golpes fue la cancelación de los programas de Parole Humanitario, que permitían la entrada a Estados Unidos de cientos de miles de cubanos, venezolanos, haitianos y nicarag enses. Más de medio millón de personas quedaron en peligro de deportación, entre ellos unos 110 mil cubanos.
Pero la persecución no se detuvo ahí. Las fuerzas de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) comenzaron a arrestar y deportar a trabajadores, estudiantes e incluso familias enteras, sin importar su estatus migratorio. Incluso se creó el infame "Alligator Alcatraz", un centro de detención en pleno corazón de Miami, que fue denunciado por Amnistía Internacional por los malos tratos a los internos.
Lamentablemente, una parte considerable del exilio cubano en Miami permaneció en silencio o incluso aplaudió estas medidas, argumentando que solo afectaban a "pandilleros y criminales". La realidad, sin embargo, era muy diferente: muchos de los detenidos eran trabajadores, padres de familia y personas sin antecedentes penales.
Ahora, el gobierno de Trump ha intensificado aún más sus ataques, enfocándose específicamente en los cubanos. Se han cancelado trámites migratorios, se han retirado permisos de trabajo y se han reanudado las deportaciones a la isla, incluyendo a personas que llegaron al amparo de programas federales.
La pregunta que surge es: ¿Cuándo reaccionará finalmente el exilio cubano en Miami? ¿Seguirán mirando hacia otro lado mientras sus propios familiares y amigos son deportados a la dictadura castrista? Es hora de que la comunidad cubana se una y enfrente esta nueva ola de persecución, antes de que sea demasiado tarde.
