La Arquidiócesis de México ha generado polémica al distribuir un folleto en el Templo Expiatorio de León, Guanajuato, que califica a la diversidad sexual y de género como un "trastorno mental" y un "problema de salud pública", además de oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Este hecho contrasta con las recientes declaraciones del Papa Francisco, quien en enero de 2023 afirmó que "ser homosexual no es un delito" y que, si bien es "un pecado en la concepción religiosa", es "una condición humana". El Sumo Pontífice ha adoptado una postura más inclusiva y comprensiva hacia la comunidad LGBTQ+, alejándose de los tradicionales posicionamientos de la Iglesia Católica.
La publicación de 16 páginas, editada por la propia Arquidiócesis de México, señala que "la Iglesia no odia a los homosexuales, los ama y sufre si ellos sufren, por eso se opone al matrimonio gay, porque quienes participan en este tipo de unión tienen una altísima posibilidad de terminar con una grave enfermedad".
Sin embargo, la comunidad científica ha dejado claro que la homosexualidad no es una enfermedad ni un trastorno mental, sino una variación natural de la sexualidad humana, resultado de una compleja interacción de factores biológicos, cognitivos y ambientales.
Este posicionamiento de la Arquidiócesis de México parece ignorar las declaraciones del Papa Francisco y se aleja de la visión más inclusiva y respetuosa que el Sumo Pontífice ha buscado promover dentro de la Iglesia Católica. Esto ha generado preocupación y rechazo en diversos sectores de la sociedad, que consideran que estos discursos fomentan la discriminación y el estigma hacia la comunidad LGBTQ+.
Es importante destacar que el Papa Francisco ha sido claro en su mensaje de amor y aceptación hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género. Su postura contrasta con la posición adoptada por la Arquidiócesis de México, lo que evidencia una división y falta de coherencia dentro de la propia Iglesia Católica en torno a este tema.
