Las empresas globales coinciden en que la planificación estratégica es fundamental para construir un futuro sólido y sostenible. Según un análisis exhaustivo, las firmas líderes como McKinsey, Deloitte, PwC, Ernst & Young y KPMG destacan cuatro ejes críticos que las compañías deben considerar:
1. El cliente y el mercado: Entender la evolución de la demanda y ofrecer un valor diferencial.
2. El portafolio de negocios: Fortalecer las líneas clave, transformar las que lo necesiten y descontinuar las que no aportan.
3. La productividad: Simplificar procesos, digitalizar y usar datos para reducir costos, tiempos y errores.
4. El talento y la cultura organizacional: Contar con las capacidades y el compromiso necesarios para ejecutar la estrategia.
Además, la prospectiva estratégica cobra relevancia al explorar futuros posibles y preparar a la empresa para distintos escenarios. Así, cuando el entorno cambia, la compañía puede actuar con criterio previamente diseñado, volviéndose más ágil, resiliente y competitiva.
En palabras de los expertos, "el futuro no se espera, se construye". Las empresas que logren anticiparse a los cambios y tomar decisiones estratégicas con base en datos, escenarios y disciplina de ejecución, serán las que obtengan la ventaja competitiva del mañana.










