El Gobierno implementó un plan para acumular reservas internacionales sin que eso tenga un impacto inflacionario, logrando así un "círculo virtuoso" entre la política de acumulación de divisas, la monetaria y la cambiaria.
La medida fue bien recibida por los inversores, quienes salieron de su "modo pausa" y empujaron al alza a los bonos y las acciones, dejando un clima positivo para la jornada de este martes.
Según analistas, el Gobierno logró reemplazar las "partes obsoletas" de su plan financiero para alcanzar los principales objetivos: bajar el riesgo país y asegurarse financiamiento externo sin presiones inflacionarias. Para ello, será clave el rol activo del Banco Central en la administración de las tasas de interés.
La idea es que en 2026 se puedan acumular US$10.000 millones adicionales de reservas, manejando adecuadamente la base monetaria para controlar la demanda de dinero. Además, se introducirá un cambio en el esquema de bandas cambiarias, que se ajustarán según la última inflación reportada por el INDEC.
Si bien el tipo de cambio aún se mantendrá administrado, esta modificación busca evitar una apreciación real del peso y priorizar la acumulación de reservas, en un contexto de riesgos de inflación persistente.
Los inversores celebraron las medidas, con subas en los bonos en moneda dura y en el mercado accionario local. Incluso, el dólar blue, que había caído, revirtió la tendencia y cerró con un leve aumento.
Analistas coinciden en que este escenario es "muy positivo" para los bonos en dólares, ya que el BCRA se está moviendo en la "dirección correcta", aunque advierten que la inflación y el tipo de cambio podrían enfrentar presiones en el corto plazo.
