El director Ion de Sosa, uno de los grandes nombres del cine 'underground' en España, regresa con su proyecto más ambicioso hasta la fecha: "Balearic", una película que se presenta como una fábula perversa dividida en dos actos y ambientada en un paraíso vacacional amenazado por el fuego.
La cinta transmite desde el principio una sensación de inminencia apocalíptica, con la frase "Vamos a morir todos" como hilo conductor que marca el tono de una película que se reinventa constantemente. Balearic contrapone dos generaciones: una juventud obligada a emigrar y una generación mayor, adinerada y desarraigada, responsable de la falta de oportunidades para los más jóvenes.
Ion de Sosa utiliza dos estilos visuales diferenciados para retratar a cada grupo. Las jóvenes protagonistas aparecen casi atrapadas en los códigos del cine de terror clásico, mientras que la reunión de amigos burgueses se aleja de cualquier género definido, acercándose a la sátira y mostrando una mirada fascinada y crítica hacia sus propias banalidades.
"Creo que la película refleja un zeitgeist y un sentir común en la sociedad occidental. Cuando era joven me sentía más conectado con lo que pasaba en el mundo y, ahora, con todo ese bombardeo de información al que estamos sometidos, creo que nos ha anestesiado, así que miramos hacia otro lado", explica el director.
Balearic se mueve entre la pesadilla y la celebración, y se apoya en una puesta en escena que recuerda tanto a los cuentos de terror como a la sátira social. Una apuesta desafiante que, según el propio Ion de Sosa, "será irritante para algunos e hipnótica para otros, pero está claro que habla de la hipocresía social y la crisis espiritual en la que nos encontramos mejor que cualquier otra película del año".
