El infarto agudo de miocardio, tradicionalmente asociado a la vejez, ahora afecta cada vez más a personas cada vez más jóvenes, según advirtió el cardiólogo Jorge Tartaglione en una entrevista reciente.
Tartaglione explicó que este cambio se debe a la "occidentalización" y al "cambio de vida", factores que incrementan el riesgo cardiovascular a edades más tempranas. Uno de los principales problemas, señaló, es la subestimación de los síntomas, ya que el infarto no siempre se manifiesta con el clásico dolor intenso en el pecho.
"Muchas veces no se manifiesta como la 'pata de elefante', sino que puede aparecer en la mandíbula, en la espalda o con molestias atípicas", advirtió el experto, quien recomendó no minimizar ninguna señal y acudir rápidamente a un centro médico ante cualquier síntoma inusual.
Tartaglione también alertó sobre la automedicación y las diferencias en la presentación clínica entre hombres y mujeres, destacando que "la sintomatología de la mujer muchas veces se enmascara".
Además, el cardiólogo enfatizó que "el tiempo es oro" ante una obstrucción coronaria, ya que entre las dos y las seis horas algo puede ocurrir, y si pasan seis horas, es difícil recuperarse. En ese sentido, destacó el rol del stent como herramienta para destapar las arterias obstruidas.
Según el especialista, en Argentina se producen alrededor de 100 infartos por día, y la mitad de los pacientes no llega al hospital. Si bien aclaró que no es habitual que ocurra a los 35 años salvo causas genéticas, advirtió que el infarto es "la sumatoria de los factores de riesgo", entre los que mencionó el sedentarismo, la mala alimentación, el estrés y la depresión.
Finalmente, Tartaglione hizo hincapié en la importancia de la salud mental, advirtiendo que la angustia y la depresión también son factores de riesgo cardiovascular. "Si tenés una presión en la boca del estómago que no sabés qué es, consultá, hablá con tu terapeuta, tu médico o un amigo, pero hablá", recomendó.
