Los visitantes que llegan a los principales aeropuertos de Estados Unidos, como el de Los Ángeles, están experimentando un notable endurecimiento de los controles de seguridad y migratorios. Los agentes de aduanas y protección fronteriza (CBP) ahora exigen con mayor rigor la presentación de la dirección exacta de hospedaje y la demostración física del boleto de regreso, generando nerviosismo incluso entre aquellos con documentación en regla.
Esta nueva atmósfera de cautela obliga a los turistas a extremar precauciones en la calle y portar constantemente sus pasaportes por temor a las autoridades migratorias. Incluso las personas mayores, que tradicionalmente reciben asistencia, enfrentan ahora la barrera del idioma y la postura intimidante de los oficiales.
Según informes, la CBP busca elevar aún más estos estándares mediante una propuesta que ampliaría la vigilancia digital hacia los ciudadanos de los 42 países del Programa de Exención de Visa. La medida plantea el requisito obligatorio de entregar el historial de redes sociales de los últimos cinco años y datos biográficos de la última década, incluyendo correos electrónicos y números telefónicos.
Este cambio representa un punto importante en la política de seguridad nacional de Estados Unidos, pues las autoridades pretenden analizar metadatos y huellas digitales antes de permitir el ingreso de millones de viajeros de negocios y turismo. Esto ya afecta a los solicitantes de visas tradicionales y ahora se extendería a un grupo mucho más amplio.
Los viajeros frecuentes, como la familia García procedente de México, describen momentos de tensión y nerviosismo frente a los oficiales de aduanas, quienes solicitan información mucho más detallada que en el pasado. Según reportes de medios locales, esta situación genera un ambiente de cautela y preocupación entre los visitantes, quienes temen enfrentarse a posibles problemas con las autoridades migratorias.
