El Ministerio de Salud (Minsa) de Panamá aclaró que en el país no está circulando la variante H3N2 subclado K del virus de la influenza, que actualmente afecta a países de Norteamérica, Europa y Asia. Sin embargo, las autoridades sanitarias advierten que los casos de influenza podrían seguir en aumento debido a la temporada lluviosa que atraviesa el país.
Catherine Castillo, técnica de vigilancia de virus respiratorios del Minsa, explicó que aunque esta variante específica no ha sido detectada en el territorio nacional, el sistema de vigilancia epidemiológica y laboratorial se mantiene activo de forma permanente. La especialista detalló que las autoridades sanitarias ya observan una alta positividad de influenza, que incluso comienza a superar los umbrales de alerta establecidos, lo que podría traducirse en un aumento de hospitalizaciones en las próximas semanas.
"Estamos constantemente en esta vigilancia, que es la usual, y ante el aumento de la positividad y un posible incremento de hospitalizaciones en dos o tres semanas, nos estamos preparando con las alertas epidemiológicas correspondientes. Ahorita mismo tenemos una alta positividad en influenza; sí, está superando un poco los umbrales de alerta, como lo llamamos", señaló Castillo.
La técnica precisó que el comportamiento del virus dependerá, en gran medida, de las condiciones ambientales, por lo que el país se mantiene en estado de alerta preventiva. Sobre la variante H3N2, explicó que no se trata de un virus nuevo, ya que circula desde el año 2023 y corresponde a una mutación del virus de la influenza, caracterizada por una mayor transmisibilidad, lo que exige especial cuidado con los grupos vulnerables.
Las autoridades de salud reiteraron la importancia de mantener medidas preventivas, como el lavado frecuente de manos, acudir a un centro de salud ante la persistencia de síntomas gripales y vacunarse contra la influenza. Cabe señalar que, Panamá registra 97 defunciones por influenza en lo que va del 2025, una cifra que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias por el peso de los factores de riesgo y la baja cobertura de vacunación entre las personas fallecidas.












