El desarrollo de Codex Mortis, el primer videojuego de Steam creado íntegramente con inteligencia artificial, ha despertado un gran interés en la industria. Sin embargo, tras probar la demo, queda claro que, si bien es un hito tecnológico, el resultado final deja mucho que desear en cuanto a jugabilidad y originalidad.
Según sus creadores, todo el contenido de Codex Mortis, desde el código hasta el arte y la música, fue generado por IA en apenas tres meses utilizando modelos como Claude Code Opus y ChatGPT. Un proceso que sin duda es impresionante, pero que no se ha traducido en un juego memorable.
La propuesta de Codex Mortis es la de un roguelite de supervivencia con temática necromántica, que recuerda demasiado al fenómeno indie Vampire Survivors. Si bien la fórmula es adictiva y fácilmente replicable, en este caso la IA ha sido incapaz de capturar la esencia del género, ofreciendo una experiencia insípida y olvidable.
Más allá de la decepción jugable, Codex Mortis marca un importante precedente como el primer juego de Steam creado 100% con IA. Esto plantea un futuro en el que veremos muchos más proyectos similares, algunos de ellos quizás más inspirados, pero también una gran cantidad de clones descarados de éxitos previos.
El reto será distinguir entre lo que es simple automatización y lo que realmente aporta algo nuevo al medio. Porque, como bien se señala, la chispa creativa sigue siendo patrimonio de los diseñadores, artistas y narradores humanos. La IA puede acelerar procesos y generar prototipos, pero no puede sustituir la visión artística y el diseño consciente.
En definitiva, Codex Mortis es más un aviso que una revolución. Un recordatorio de que la dificultad no está en programar un juego, sino en crear una experiencia verdaderamente memorable. Y eso, por ahora, sigue siendo una tarea que la inteligencia artificial no ha logrado dominar por completo.
