El primer ministro australiano, Anthony Albanese, condenó enérgicamente el atentado ocurrido el domingo en la Playa Bondi, en Sídney, que dejó 16 personas fallecidas y al menos 40 heridas. En una rueda de prensa, Albanese aseguró que Australia "nunca se someterá al odio ni a la violencia" y que el Gobierno está dispuesto a adoptar "todo lo necesario" para combatir el antisemitismo, incluyendo un posible endurecimiento legislativo.
El ataque se produjo alrededor de las 6:40 pm del domingo, cuando dos hombres armados con rifles abrieron fuego contra la multitud congregada en un parque cercano a la famosa playa. Las autoridades han identificado a los presuntos autores como Naveed Akram, de 50 años, quien murió en el enfrentamiento con la policía, y su hijo Sajid Akram, de 24 años, que permanece hospitalizado bajo custodia.
Según informaciones de la cadena pública ABC, uno de los sospechosos había sido investigado hace seis años por la agencia de inteligencia australiana (ASIO) por sus presuntos vínculos con una célula del grupo yihadista Estado Islámico en Sídney.
En su declaración, Albanese reiteró el respaldo del Gobierno a las comunidades afectadas y aseguró que el país responderá con unidad frente a cualquier forma de extremismo. "El antisemitismo es una lacra que existe desde hace mucho tiempo y debemos hacer todo lo posible para erradicarlo", enfatizó el primer ministro, quien ha mantenido conversaciones con líderes de la comunidad judía y con el enviado especial contra el antisemitismo.
La investigación policial continúa para esclarecer los detalles y los motivos del atentado. Mientras tanto, las autoridades y la población de Australia se mantienen firmes en su rechazo al odio y la violencia, y en su compromiso de fortalecer la unidad nacional.











