El domingo 14 de diciembre, al menos 16 personas murieron y 40 resultaron heridas en un ataque a tiros perpetrado por dos hombres armados durante una celebración de la festividad judía de Janucá en la playa de Bondi, en Sídney, Australia. La Policía australiana ha calificado el suceso como un "atentado terrorista" específicamente dirigido contra la comunidad judía.
El ataque ocurrió alrededor de las 18:45 hora local, cuando los dos atacantes abrieron fuego en las inmediaciones de la conmemoración que estaba a punto de comenzar en el extremo norte de la playa. Según testigos, unas 2.000 personas se habían congregado para el evento.
Uno de los atacantes murió durante la respuesta policial, mientras que el otro fue detenido y se encuentra en estado crítico. Entre los heridos hay al menos dos agentes de Policía.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, condenó el "momento oscuro" para el país y describió el ataque como un "mal que escapa a nuestra comprensión". Por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, calificó el suceso como un "vil ataque terrorista contra los judíos".
Líderes de todo el mundo, incluyendo el secretario general de la ONU, António Guterres, y autoridades de la Unión Europea, han condenado enérgicamente el atentado y expresado su solidaridad con la comunidad judía y el pueblo australiano.
La Policía de Nueva Gales del Sur ha iniciado una investigación antiterrorista para esclarecer los hechos y determinar la identidad de los atacantes. Según fuentes de seguridad, uno de los terroristas era conocido por los servicios de inteligencia, pero no se le consideraba una amenaza inmediata.
Este ataque ha generado conmoción y consternación a nivel internacional, y ha reavivado el debate sobre la lucha contra el antisemitismo y el terrorismo a nivel global.











