El 2025 fue un año en el que el teatro peruano se convirtió en un espacio de resistencia y reflexión política. Diversas obras abordaron temas como la investigación al Sodalicio, la violencia en Ayacucho y el machismo en la sociedad, demostrando que "hacer teatro hoy es un acto de resistencia", según afirmó Chela de Ferrari, directora del teatro La Plaza.
Una de las producciones más destacadas del año fue "Proyecto Ugaz", una obra que ofreció una mirada sobre el trabajo de la periodista Paola Ugaz y los ataques al periodismo, a las mujeres y el poder económico y político detrás del caso del Sodalicio. La repercusión de esta obra fue tal que llegó a Lima el monseñor Jordi Bertomeu, quien leyó la carta enviada por el papa León XIV sobre la libertad de prensa.
Sin embargo, los teatristas han tenido que lidiar con algunas trabas desde el Ministerio de Cultura, como la negativa a otorgar la calificación de "espectáculo cultural" a obras como "El rincón de los muertos", que abordaba la violencia en el gobierno de Dina Boluarte. Según Cécica Bernasconi, actriz de "Juicio a una zorra", "la cultura no debe tener ningún tipo de censura. El arte debe expresar la realidad".
A pesar de estas dificultades, el teatro peruano ha demostrado su capacidad de abordar temas políticos y sociales de manera valiente y comprometida. Obras como "Un espejo", "Dos siglos de sobremesa" y "Túpac Amaru Runa" han ofrecido una radiografía de la sociedad peruana, mientras que musicales como "Querido Evan Hansen" han abordado temas de salud mental.
En palabras de Nishme Súmar, directora artística de La Plaza, "esta sigue siendo una actividad frágil marcada por el pobrísimo apoyo estatal y la ausencia de políticas públicas. Por otro lado, nuestra independencia de apoyos institucionales es lo que nos ha permitido abordar temas con absoluta libertad, para hablar de lo que no se habla".
