América Latina enfrenta el desafío de participar activamente en la discusión global sobre las tecnologías cuánticas, cuya acelerada expansión está definiendo decisiones políticas, legislativas, éticas, sociales y económicas que marcarán el futuro. Sin una estrategia propia y políticas públicas estables, la región corre el riesgo de quedar nuevamente excluida de una revolución tecnológica que ya está en marcha.
En las últimas semanas, la conferencia internacional ELSA (Ethical, Legal, Social Aspects of Quantum Technologies) celebrada en Estambul se convirtió en el epicentro de la discusión científica sobre el impacto de las tecnologías cuánticas en el mundo. Como representante de Latinoamérica en este espacio, la autora del artículo pudo confirmar que el sur global no puede seguir llegando tarde a las conversaciones donde se definen los marcos de gobernanza tecnológica.
Uno de los temas más preocupantes es el llamado "Día Q", el momento en que un computador cuántico sea capaz de vulnerar los estándares criptográficos tradicionales. Aunque este escenario no es inminente, constituye una amenaza real que requiere preparación. Persisten enormes desafíos técnicos, pero este es el momento de diseñar transiciones responsables, adoptar estrategias de seguridad poscuántica y preparar a las instituciones con una mirada de futuro.
Para lograr una participación activa, América Latina necesita políticas públicas estables que sostengan programas científicos y tecnológicos más allá de los gobiernos de turno. Países como Chile cuentan con laboratorios y equipos científicos de primer nivel, pero a una escala aún limitada debido a una inversión insuficiente. Además, se requiere una comunicación científica robusta, responsable y ética que permita a la ciudadanía comprender la revolución cuántica y participar en la construcción de gobernanzas legítimas.
La autora insiste en que si quienes trabajan en esta área no construyen los relatos sobre el futuro cuántico, otros lo harán por ellos, y Latinoamérica volverá a quedar atrás. El futuro cuántico se está escribiendo hoy, y la región tiene el derecho y la responsabilidad de hacerlo con su propia voz, desde sus realidades.












