Ecuador ha sido sacudido por una nueva serie de sismos de baja magnitud en la provincia de Pastaza, según informó el Instituto Geofísico (IG). El más reciente, registrado este 14 de diciembre, tuvo una magnitud de 3.8 grados y una profundidad de 161 kilómetros, con epicentro a 7.97 km de Puyo.
Aunque el número de eventos sísmicos ha sido elevado, con al menos 23 temblores en distintas zonas del país, el IG enfatizó que se trata de sistemas de fallas independientes y no de un solo fenómeno sísmico mayor. Esto se debe a la compleja geología ecuatoriana, que propicia la ocurrencia de procesos tectónicos simultáneos.
"Cada grupo de sismos corresponde a sistemas de fallas independientes", explicó el IG en un Informe Sísmico Especial emitido para detallar el origen y comportamiento de estos eventos. La baja magnitud de los movimientos telúricos, a pesar de su cantidad, explica por qué no se trató de un solo sismo de gran envergadura.
Ecuador es un país altamente sísmico debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más activas del mundo en términos de actividad sísmica y volcánica. La subducción de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana genera una constante actividad tectónica que se manifiesta en terremotos, erupciones volcánicas y otros fenómenos geológicos.
En los últimos años, Ecuador ha experimentado varios sismos de magnitud considerable, como el terremoto de 7.5 grados que sacudió la costa norte del país en marzo de 2019, dejando al menos 13 personas fallecidas y más de 300 heridas. Estos eventos han puesto de manifiesto la necesidad de fortalecer los sistemas de alerta temprana y preparación de la población ante emergencias sísmicas.
Pese a la frecuencia de los sismos, los expertos recalcan que la mayoría de ellos son de baja magnitud y no representan un peligro inminente. Sin embargo, es crucial que las autoridades y la ciudadanía mantengan una constante vigilancia y estén preparados para actuar de manera oportuna en caso de que se produzca un sismo de mayor envergadura.
