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Novia transforma su vestido de boda en 22 cuadros únicos

Novia transforma su vestido de boda en 22 cuadros únicos

Isabella Sclovsky, una maquilladora de Porto Alegre, Brasil, decidió darle un giro inesperado a su vestido de boda. En lugar de guardarlo en el armario, cortó la prenda y la transformó en 22 cuadros únicos, los cuales ahora adornan diferentes hogares.

El vestido, con una impresionante cola de tres metros de largo, fue pintado a mano por la propia novia, con la ayuda de su madre, prima y tía, quien es artista plástica y diseñó los motivos. Fueron más de 40 horas de trabajo minucioso con pequeños pinceles sobre el tejido ya confeccionado.

Desde el momento de la boda, Isabella sabía que la historia de su vestido no terminaría en el armario. Para ella, la prenda no podía quedarse guardada, así que surgió la idea de convertirla en arte. Cada uno de los 22 cuadros fue a parar a las casas de las mujeres que ayudaron a darle vida al vestido.

"Las personas usaron mucho la palabra 'resignificar'. Y eso fue exactamente lo que hice", comenta Bella, quien ve en los cuadros más que simples recuerdos de su casamiento: "Ellos van a significar una parte de la historia de mi familia".

Entre los cuadros, se puede apreciar una flor surrealista que parece un pájaro y otros detalles que ahora componen un mosaico lúdico en la habitación de la hija de Bella, que está por nacer.

Según la maquilladora, fue necesaria mucha valentía para tomar las tijeras y cortar el vestido. Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer, ella asegura que desmantelar la prenda fue un acto de apego.

El vestido de Bella no nació colorido. Primero, ella diseñó el modelo, probó varias piezas hasta encontrar el diseño ideal y contó con la ayuda de una amiga para darle vida a su creación. Luego vino la etapa más audaz: pintar a mano una prenda ya confeccionada, sin margen para errores.

El casamiento de Isabella se llevó a cabo en noviembre del año pasado, en una viñedo de Punta del Este, Uruguay. Según la novia, la reacción de los invitados al vestido fue inmediata, impactados no solo por el tamaño de la cola, sino también por el nivel de detalle de los dibujos minuciosos realizados con pequeños pinceles.

Hoy, esos detalles que cautivaron a todos en la boda se han convertido en 22 cuadros únicos, que llevan parte de la historia de la familia de Isabella a diferentes hogares.

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