María Isabel, una mujer que inició un curso de Dale Carnegie con el objetivo de comprar un automóvil y aprender a manejarlo, logró cumplir su meta. Tomó el entrenamiento para conducir, sacó su licencia y comenzó a ir al trabajo en su flamante vehículo, pasando primero por la casa de su hermano Roberto para sentirse más segura en sus primeros días al volante.
Sin embargo, un día al sacar el auto del garaje, María Isabel notó que se sentía muy lento y apenas llegaba a la siguiente cuadra. Cuando su hermano subió al auto, ella le contó lo trabado que lo sentía. Él sonrió, se dio cuenta del problema y quitó el freno de mano.
Esta sencilla experiencia le dejó a María Isabel una profunda lección: en la vida diaria hay hábitos que nos paralizan y que debemos quitar, como aquellos que nos mantienen pegados al celular, absortos en redes sociales, o atrapados en adicciones como el alcoholismo.
"Hay hábitos en nuestras vidas que nos entorpecen el conseguir los logros que soñamos. No solo son las adicciones al celular o al alcohol, también el postergar nuestras mejores acciones, como educarnos más, adquirir las vitales habilidades en relaciones humanas, la habilidad de controlar el estrés diario, o aprender un nuevo idioma. No hacer esto puede constituir un verdadero freno", reflexionó María Isabel.
Su historia es un recordatorio de que, a veces, los obstáculos que nos impiden avanzar pueden ser tan simples como tener el "freno de mano" puesto en nuestra vida. Quitarlo puede ser el primer paso para alcanzar nuestros objetivos.
