Japón se ha visto sacudido por dos terremotos de magnitud considerable en menos de 24 horas, lo que ha generado preocupación en la población y autoridades del país.
El primer sismo, de 6.7 grados, se registró en la región noreste del archipiélago, desatando incluso una alerta de tsunami que afortunadamente no se concretó. Horas después, un nuevo temblor de 4.9 grados tuvo su epicentro en la prefectura de Ibaraki, al sur de Tokio, dejándose sentir con fuerza en la capital.
Según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), el terremoto más reciente se produjo a las 7:05 p.m. (hora local) con epicentro en tierra a 50 kilómetros de profundidad. Si bien no se activó una alerta marítima, el sismo alcanzó el nivel 4 en la escala sísmica japonesa de 7 niveles en varias ciudades de las prefecturas de Ibaraki, Tochigi, Saitama y Chiba, y el nivel 2 en el área metropolitana de Tokio.
Afortunadamente, no se han reportado heridos o daños significativos producto de este último movimiento telúrico. Sin embargo, la secuencia de sismos ha generado preocupación en la población, especialmente después del terremoto de 7.5 grados que afectó la región noreste el pasado lunes, dejando al menos 33 heridos.
Japón es uno de los países más sísmicamente activos del mundo, ubicado en el denominado "Anillo de Fuego" del Pacífico. Sus infraestructuras están diseñadas para soportar los constantes temblores, pero la frecuencia con la que se producen estos eventos mantiene en alerta constante a las autoridades y a la ciudadanía.
Los expertos señalan que es fundamental que la población esté preparada y capacitada para actuar de manera adecuada ante la ocurrencia de un sismo, a fin de minimizar los daños y proteger vidas. Asimismo, resaltan la importancia de que los sistemas de alerta temprana y las redes de respuesta ante emergencias sísmicas se mantengan en óptimas condiciones.
A pesar de la preocupación generada, las autoridades han reiterado que no se han reportado mayores incidentes producto de los últimos terremotos. Sin embargo, la secuencia de movimientos telúricos en tan corto período de tiempo mantiene en alerta a la población japonesa, que sabe que la amenaza sísmica es una realidad constante en su país.
