La Alcaldía de Santa Cruz enfrenta una grave crisis financiera que la ha obligado a suspender todas las licitaciones y contrataciones de obras y servicios desde septiembre de este año hasta diciembre de 2026. El alcalde Jhonny Fernández confirmó la medida, señalando que la caída en los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) ha generado un déficit de 180 millones de bolivianos, lo que les impide cumplir con sus obligaciones.
Según Fernández, la prioridad ahora es utilizar cada ingreso municipal para ir pagando las deudas acumuladas con empresas constructoras, proveedores y otras entidades. Reconoció que la situación económica es delicada y que el nivel de endeudamiento del gobierno municipal alcanza el 14%, por debajo del tope permitido del 20%.
Los concejales opositores advierten que esta medida pone en riesgo contratos importantes que deben gestionarse en este periodo, como la provisión del desayuno escolar y la refacción de escuelas. Además, señalan que la Alcaldía ha mal utilizado los recursos destinados a obras para cubrir gastos corrientes, lo que ha desembocado en una "quiebra técnica".
Por su parte, el concejal José Alberti afirmó que el municipio cruceño prácticamente se encuentra en quiebra técnica, producto de la mala administración. Indicó que el déficit genera una iliquidez estructural que afecta el cumplimiento de los compromisos con los proveedores.
La crisis financiera de la Alcaldía de Santa Cruz se produce en medio de los reclamos de las empresas constructoras, que exigen el pago de planillas adeudadas por obras ya ejecutadas. Según la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB), la deuda con estas empresas, fiscales y supervisores alcanza los 500 millones de bolivianos.
