El canciller ruso, Serguéi Lavrov, declaró que Moscú no tiene intención de entrar en guerra con Europa, pero que responderá a cualquier "medida hostil", incluyendo el despliegue de tropas europeas en Ucrania y la expropiación de activos rusos congelados. Lavrov acusó a Europa de frenar artificialmente el proceso de paz en Ucrania al incitar a Zelenski a continuar el conflicto.
El jefe de la diplomacia rusa señaló que Occidente no está unido en su enfoque sobre la situación en Ucrania, y criticó duramente las acciones de Europa por retrasar los acuerdos que podrían haberse alcanzado. Lavrov advirtió que Rusia está preparada para responder a cualquier movimiento hostil de los países europeos.
Las declaraciones de Lavrov se producen en un momento de creciente tensión entre Rusia y Occidente por la guerra en Ucrania. Moscú ha advertido repetidamente que no dudará en tomar medidas si la OTAN y la Unión Europea continúan apoyando a Ucrania militar y económicamente.
Por su parte, Ucrania ha expresado su disposición a una tregua energética si Rusia también lo está, y ha reconocido que no tiene fuerzas ni apoyo suficiente para recuperar Crimea en este momento. El presidente Zelenski también admitió que Estados Unidos y varios países no ven a Ucrania dentro de la OTAN.
La retórica belicista de ambos lados mantiene la incertidumbre sobre el futuro del conflicto y las posibles escaladas. Expertos advierten que Europa y Estados Unidos deben mantener la unidad y la firmeza frente a las amenazas rusas para evitar una mayor desestabilización en la región.












