La cocina italiana ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, desatando un entusiasmo y orgullo sin precedentes en el país. Esta distinción reconoce la profunda riqueza y diversidad de una gastronomía que, para muchos, no tiene comparación en el mundo.
Desde el Gobierno italiano hasta chefs, turistas internacionales y ciudadanos de a pie, todos celebraron este hito histórico. Nicola Marchesini, del restaurante Venerina en Roma, afirmó que es "algo magnífico, un reconocimiento importante para nuestra cocina italiana, que es una excelencia difícil de comparar en cualquier parte del mundo".
Para Marchesini, esta distinción es "justa" porque premia tanto la calidad de los ingredientes como la diversidad regional. Una visión compartida por el chef Agostino Bonanni, de Contorno Bistrot, quien destacó que "la cocina italiana se ha trasmitido de generación en generación, de abuelos a padres".
Entre los ciudadanos, Benito subrayó que "se sabía ya, solo faltaba el título", porque "en Italia donde sea que vayas, se come bien". La decisión de la UNESCO también emocionó a visitantes extranjeros, como Elvia Pozo, de México, quien felicitó a los italianos y destacó que toda su gastronomía es "riquísima".
Desde la cúpula del Gobierno, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificó la decisión como "un reconocimiento histórico que honra al pueblo italiano, celebra nuestra identidad y da a conocer nuestro estilo de vida". Meloni enfatizó que "para nosotros, los italianos, la cocina no es solo comida, no es solo un conjunto de recetas, es mucho más. Es cultura, tradición, trabajo, riqueza".
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, presente en Nueva Delhi para asistir a la decisión del comité, celebró este "reconocimiento extraordinario a los sabores, las tradiciones y la creatividad que une a generaciones y valoriza territorios".
La UNESCO también destacó la gran diversidad regional de la cocina italiana, desde los risottos del norte hasta el prosciutto de Emilia-Romagna, pasando por las carnes y las pastas rellenas como los tortellini. Italia se convierte así en el primer país en tener su cocina en su totalidad reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, sumándose a otras inscripciones previas como el "arte" de la pizza napolitana y los conocimientos sobre la búsqueda y extracción de la trufa.












