Desde Miami, el obispo auxiliar de Managua, Monseñor Silvio José Báez, ha lanzado una fuerte crítica contra los "poderosos opresores" y los religiosos "que se callan por miedo o diplomacia". En sus declaraciones, el prelado retoma la figura de Juan el Bautista para cuestionar a aquellos que, desde posiciones de poder, oprimen al pueblo, así como a la Iglesia que, por temor o conveniencia, no alza la voz ante las injusticias.
Báez, conocido por su postura firme y su defensa de los derechos humanos, ha sido una voz incómoda para los regímenes autoritarios de la región. Desde su exilio en Estados Unidos, el obispo no ha dudado en denunciar los abusos y la represión que sufren los nicarag enses bajo el gobierno de Daniel Ortega.
En sus palabras, el prelado ha calificado a los "poderosos opresores" como una "raza de víboras", en una clara alusión a la valentía y la contundencia con la que Juan el Bautista se enfrentó a los líderes de su época. Asimismo, Báez ha cuestionado duramente a aquellos religiosos que, por miedo o conveniencia, han optado por el silencio y la diplomacia, en lugar de alzar su voz en defensa de los más vulnerables.
La postura de Monseñor Báez se enmarca en una larga tradición de la Iglesia Católica latinoamericana, que ha sido protagonista en la lucha por la justicia social y la defensa de los derechos humanos. Figuras como Óscar Romero, Helder Cámara y Bartolomé de las Casas han dejado un legado de compromiso y valentía que Báez reivindica en sus palabras.
En un contexto regional marcado por el avance de regímenes autoritarios y la erosión de las libertades, la voz de Monseñor Báez se alza como un llamado a la conciencia y a la acción. Su mensaje, lejos de ser una simple crítica, se erige como un desafío a quienes detentan el poder y a quienes, desde la Iglesia, han optado por el silencio cómplice.
