El inicio de un nuevo año es mucho más que un simple cambio de calendario. Es un momento de transición energética, una oportunidad para renacer, soltar lo que ya cumplió su ciclo y sembrar nuevas intenciones para el futuro. En este caso, el 2026 se perfila como un año lleno de posibilidades.
Según la tradición QAMASA, el Año Nuevo es un portal ideal para trabajar la energía de la abundancia, no solo a nivel económico, sino también emocional y espiritual. A través de rituales ancestrales, podemos alinear nuestras vibras e intenciones con las fuerzas cósmicas, atrayendo todo aquello que deseamos para nuestras vidas.
"El Año Nuevo es un momento de gran poder, donde podemos establecer las bases para un año lleno de prosperidad y realización personal", explica la chamana y guía espiritual, Ximena Flores. "Los rituales de fin de año nos ayudan a soltar lo que ya no nos sirve, para así abrir espacio a las nuevas oportunidades".
Uno de los rituales más poderosos es la "Ceremonia de la Abundancia", que se realiza tradicionalmente la noche del 31 de diciembre. Durante esta práctica, se invoca a las energías de la Madre Tierra y se siembran intenciones concretas para el año venidero.
"Primero, es importante hacer un balance del año que termina, reconociendo nuestros logros y aprendizajes. Luego, escribimos en un papel aquello que deseamos atraer: ya sea un nuevo trabajo, una relación amorosa, buena salud o estabilidad económica", detalla Flores.
Posteriormente, se prende un fuego sagrado y se quema el papel, liberando las intenciones al universo. "Es fundamental hacerlo con fe y convicción, pues la energía que le imprimimos a este ritual es la que determinará los resultados", agrega la experta.
Otra práctica recomendada es la "Limpieza Energética del Hogar", que consiste en barrer, limpiar y ordenar minuciosamente cada rincón de la vivienda. "Al eliminar la energía estancada, abrimos paso a nuevas oportunidades. Es como darle un respiro a nuestro espacio y a nosotros mismos", explica Flores.
Asimismo, la chamana sugiere incorporar rituales de agradecimiento y conexión con la naturaleza, como ofrecer flores, incienso o velas a los cuatro elementos. "Agradecer por lo recibido y conectarnos con las fuerzas de la Tierra nos ayuda a entrar en un estado de abundancia y gratitud, que es la clave para atraer más de lo mismo", afirma.
Sea cual sea el ritual que elijamos, lo importante es hacerlo con intención, presencia y fe. Pues como bien dice el dicho ancestral: "Cuando la mente, el corazón y el espíritu se alinean, todo es posible".







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