El Gobierno de Bolivia ha logrado reducir significativamente el contrabando de combustibles en el país, tras la eliminación de los subsidios a los carburantes hace dos semanas. Según informó el ministro de Hidrocarburos y Energías, Mauricio Medinaceli, el consumo de diésel en el mercado interno cayó cerca de un 50% desde la aplicación del Decreto Supremo 5503.
Esta drástica disminución en el consumo de diésel es vista por las autoridades como una clara señal de que se ha frenado el lucrativo negocio ilegal que generaba entre 2 y 3 millones de dólares diarios mediante el desvío de combustibles vendidos a precios subvencionados en el país.
Antes de la eliminación de los subsidios, existía un "nivel de corrupción completamente institucionalizado" en torno al contrabando de combustibles, según reconoció el ministro Medinaceli. Ahora, el Gobierno estima que el consumo de diésel se estabilizará entre un 30% y 40% de los niveles previos, lo que representa un importante ahorro en las importaciones de este carburante.
La medida forma parte del Decreto Supremo 5503, emitido el 17 de diciembre, que también fijó nuevos precios para la gasolina y el diésel, con incrementos del 86% y 162% respectivamente en comparación a los valores subvencionados vigentes durante más de dos décadas.
Pese a ir acompañada de otras medidas económicas como el aumento del salario mínimo y de los bonos sociales, la decisión del Gobierno ha enfrentado la resistencia de la Central Obrera Boliviana (COB), que realiza protestas exigiendo la derogación del decreto.
No obstante, el Ejecutivo defiende que el objetivo de la norma es asegurar el abastecimiento, evitar las largas colas en las estaciones de servicio y ordenar el consumo de combustibles, luego de que la caída de los precios y las ventas externas de gas natural volvieran insostenible el esquema de subsidios.











