La cúpula militar de Honduras retiró del Congreso Nacional la nómina de los altos oficiales propuestos para ascensos, en un claro rechazo a los intentos de politización de los ascensos castrenses por parte de la actual legislatura.
La reunión entre los altos mandos militares y el presidente del Congreso, Luis Redondo, se desarrolló en un ambiente tenso, pero reflejó la firme determinación de las Fuerzas Armadas de mantener su institucionalidad y apego a la Constitución, alejándose de cualquier injerencia política.
Según el general Isaías Barahona Herrera, exjefe de las FFAA, la decisión de los militares de esperar el nombramiento de nuevas autoridades legislativas para que en el seno del próximo Congreso (2026) se evalúen los ascensos, es una "decisión sabia, correcta y apropiada".
Barahona Herrera señaló que lo que se pretendía por parte de Luis Redondo era mostrar una proximidad entre el Partido Libre y las Fuerzas Armadas, algo que no existe. Interpretó que el objetivo era "evitar que no se produjera la declaratoria de resultados electorales".
El exjefe castrense destacó que en las Fuerzas Armadas no caben las maniobras políticas y los ascensos deben ser por el orden de escalafón y méritos profesionales, alejados de cualquier juego político.
La decisión de los militares ha sido aplaudida por la bancada del Partido Nacional de Honduras (PNH), que felicitó y agradeció a los oficiales por "sacrificarse" y esperar los ascensos, evitando que fueran aprobados por la "ilegal Comisión Permanente" del Congreso.
Este episodio refleja la voluntad de las Fuerzas Armadas de mantener su independencia y profesionalismo, alejándose de los intentos de politización por parte de la actual legislatura, en un claro gesto de respeto a la institucionalidad democrática de Honduras.












