Colombia enfrenta en 2025 una compleja situación de movilidad humana que combina migración internacional y desplazamiento interno forzado. De acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo, entre enero y julio de este año se registraron 99.500 migrantes irregulares en tránsito por el país, provenientes principalmente de Venezuela, Ecuador, Perú, India y países africanos.
A esta situación se suma el desplazamiento forzado masivo de 84.964 personas en el mismo periodo, lo que configura una emergencia humanitaria de alta complejidad. La crisis se ve agravada por fenómenos paralelos que incrementan la vulnerabilidad de la población en movimiento, como el retorno de 14.422 personas desde Panamá tras no lograr cruzar la selva del Darién, y la persistencia de la violencia armada que mantiene a 62.414 personas en situación de confinamiento.
La organización humanitaria World Vision ha alertado sobre una "doble vulnerabilidad" que impacta de manera particular a niños, niñas y familias. Durante 2025, la entidad ha brindado atención a 68.599 personas en movilidad humana, mediante acciones orientadas a la atención inmediata, la seguridad alimentaria, el acceso a albergue, el acompañamiento psicosocial, el apoyo económico y la inclusión socioeconómica.
Regiones como La Guajira concentran algunos de los mayores desafíos, especialmente por la escasez histórica de agua potable y las barreras de acceso a derechos básicos. Allí se han activado proyectos de emergencia para atender a migrantes pendulares y comunidades de acogida, priorizando el acceso a agua segura y la continuidad educativa de la niñez migrante.
En el marco del Mes Internacional del Migrante, organizaciones humanitarias reiteran el llamado a fortalecer los esfuerzos interinstitucionales para garantizar condiciones dignas, seguras e inclusivas para las personas en movilidad que enfrentan esta crisis en Colombia.












