En el 2025, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua intensificó la represión contra los disidentes del sandinismo, especialmente aquellos que aún permanecían bajo la sombrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Según la información disponible, fue un año en el que ser asociado al "sandinismo histórico" se convirtió en un peligro. Miembros de este sector, que habían sido parte fundamental de la revolución sandinista, fueron víctimas de la persecución y el hostigamiento por parte del gobierno de Ortega-Murillo.
La fuente indica que la dictadura Ortega-Murillo aplicó una "represión abierta" contra el sandinismo que aún mantenía vínculos con el FSLN. Esto demuestra el grado de autoritarismo y la falta de tolerancia del régimen hacia cualquier voz disidente dentro de su propio movimiento político.
Es importante recordar que el sandinismo histórico hace referencia a aquellos miembros fundadores y líderes del FSLN que participaron activamente en el derrocamiento de la dictadura somocista en 1979. Muchos de ellos han sido críticos del rumbo que ha tomado el gobierno de Ortega en los últimos años, alejándose de los principios originales de la revolución.
La represión ejercida por Ortega y Murillo no solo afecta a la oposición política tradicional, sino que también alcanza a sectores que alguna vez fueron parte de su propia base de apoyo. Este hecho refleja la creciente concentración de poder y la intransigencia del régimen, que parece dispuesto a eliminar cualquier vestigio de disidencia, incluso dentro de sus propias filas.
La información disponible no permite conocer más detalles sobre las acciones específicas llevadas a cabo por el gobierno contra el "sandinismo histórico". Sin embargo, el hecho de que esta fuente destaque la "represión abierta" sufrida por este sector es una señal preocupante del deterioro de la situación de los derechos humanos y las libertades en Nicaragua.
Es crucial que la comunidad internacional mantenga una vigilancia constante sobre la evolución de la crisis nicarag ense y ejerza presión para que el régimen de Ortega-Murillo respete los derechos y las libertades de todos los ciudadanos, incluyendo a aquellos que alguna vez formaron parte de su propia base de apoyo.












