La Procatedral de Guayana fue el escenario del cierre litúrgico del Año Jubilar, una celebración que congregó a sacerdotes, movimientos apostólicos y fieles en un ambiente de fraternidad y compromiso renovado. La misa, presidida por el obispo Carlos Cabezas, marcó el fin oficial del año de gracia diocesano.
El Año Jubilar, declarado por la Iglesia Católica en Guayana, buscaba promover la esperanza y la reconciliación en la región. Durante este período, la Iglesia organizó diversas actividades y eventos espirituales para fortalecer los lazos comunitarios y fomentar la unidad entre los fieles.
La celebración del cierre litúrgico tuvo un carácter simbólico y trascendental. El obispo Cabezas, en su homilía, resaltó la importancia de mantener viva la llama de la esperanza y el compromiso con la reconciliación, especialmente en un contexto social y político complejo como el que atraviesa Guayana.
"Este Año Jubilar nos ha permitido renovar nuestro llamado a ser testigos de la misericordia de Dios y agentes de paz en nuestra sociedad", afirmó el prelado. "Ahora, más que nunca, debemos mantener viva esa esperanza y trabajar incansablemente por la reconciliación entre todos los hijos de Dios".
Los fieles presentes en la celebración expresaron su compromiso de continuar llevando a la práctica los valores de la fe, la solidaridad y la fraternidad, más allá del cierre oficial del Año Jubilar. Los movimientos apostólicos y organizaciones eclesiales reafirmaron su disposición a acompañar a la comunidad en este camino de renovación espiritual y social.
La Iglesia de Guayana espera que este Año Jubilar haya sido un tiempo de gracia y de fortalecimiento de la fe, y que el llamado a la esperanza y la reconciliación siga resonando en los corazones de los creyentes y en toda la sociedad.
