Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, solicitó a su par estadounidense, Donald Trump, que las garantías de seguridad ofrecidas por Estados Unidos a Ucrania frente a Rusia tengan una duración de 50 años, en lugar de los 15 años inicialmente propuestos.
Durante una reunión en Mar-a-Lago, Florida, Zelenski explicó a Trump que estas garantías a largo plazo son una condición indispensable para levantar la ley marcial que rige en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, en febrero de 2022.
"Realmente quería que estas garantías sean más largas. Y le dije [a Donald Trump] que realmente queremos considerar la posibilidad de 30, 40, 50 años", declaró Zelenski en una rueda de prensa posterior al encuentro.
Trump se mostró optimista sobre los avances en las negociaciones de paz, pero evitó dar detalles sobre el acuerdo en discusión. Por su parte, el Kremlin también afirmó que las negociaciones han entrado en su "fase final".
Según Zelenski, las garantías de seguridad propuestas por Washington incluirían un mecanismo similar al artículo 5 de la OTAN, que prevé asistencia en caso de agresión, así como la presencia de "tropas internacionales" en Ucrania.
Además de las garantías de seguridad, Zelenski y Trump también abordaron un plan de apoyo económico para la reconstrucción de Ucrania, con la participación de empresas estadounidenses, y la posibilidad de un acuerdo de libre comercio.
Sin embargo, persisten dos temas sin resolver: el funcionamiento de la central nuclear de Zaporiyia y la cuestión territorial, en particular la situación de la región del Donbás, controlada parcialmente por Rusia.
Zelenski reafirmó que cualquier acuerdo de paz debe ser firmado por cuatro partes: Ucrania, Europa, Estados Unidos y Rusia. Asimismo, expresó su apoyo a la realización de un referéndum en Ucrania como "instrumento potente" para que la "nación ucraniana" acepte las condiciones de paz.
A pesar de las declaraciones "pacíficas" de Putin, Zelenski denunció que las acciones del gobierno ruso en Ucrania no concuerdan con esos discursos, y aseguró que, de momento, Rusia "no quiere ningún alto al fuego".












