En 2025, la ciencia volvió a ocupar un lugar central en la agenda pública, con avances que ampliaron los límites del conocimiento y pusieron en evidencia el impacto directo de la investigación en la vida cotidiana. Desde hitos astronómicos que inauguraron una nueva era de observación del universo hasta descubrimientos paleontológicos que reafirmaron el protagonismo argentino en la historia de la vida en la Tierra, el año estuvo marcado por importantes logros científicos.
El 23 de junio, el Observatorio Vera Rubin se puso en funcionamiento en Chile, iniciando una nueva era en astronomía. Las primeras imágenes capturadas por la cámara digital más grande construida hasta el momento mostraron nebulosas, cúmulos de galaxias y miles de asteroides, con una resolución de 3200 megapíxeles, muy superior a la de un teléfono celular moderno.
En el campo de la paleontología, un equipo del Conicet descubrió en octubre el esqueleto casi completo de un dinosaurio de cuello largo que vivió hace unos 230 millones de años, bautizado como Huayracursor jaguensis. Este hallazgo posicionó a Argentina como la tercera nación del mundo con más especies de dinosaurios conocidos, después de Estados Unidos y China.
Otro hito destacado fue el exitoso tratamiento de la enfermedad genética "CPS1" en el niño K.J., gracias a la técnica de edición genética CRISPR-Cas9. Desarrollada por las científicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, galardonadas con el Premio Nobel en 2020, esta herramienta permitió corregir la mutación en los genes de K.J., quien ahora puede desechar la urea en exceso de su cuerpo.
En el ámbito de la salud, los fármacos inyectables que imitan la acción de la hormona GLP-1, como Wegovy, Ozempic y Saxenda, se posicionaron como una opción efectiva para combatir el sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, su alto costo sigue siendo un obstáculo para el acceso de la población.
La inteligencia artificial también tuvo un papel protagónico en 2025, desde la predicción de estructuras de proteínas hasta la transformación de industrias culturales como el periodismo, la publicidad y la edición de imágenes. Estos avances plantean nuevos desafíos en cuanto a la regulación y el impacto de estas tecnologías.
Finalmente, la campaña oceanográfica Talud Continental IV, liderada por el Conicet y el Schmidt Ocean Institute, permitió explorar el cañón de Mar del Plata a casi 4.000 metros de profundidad y transmitir en vivo las imágenes a cien mil espectadores, mostrando especies marinas desconocidas hasta el momento.
Estos hitos científicos, entre otros, marcaron un año de importantes avances que ampliaron las fronteras del conocimiento y tuvieron un impacto directo en la vida de las personas. La ciencia, una vez más, demostró su valor y relevancia en la sociedad argentina.











