El Partido Comunista (PC) ha generado un fuerte debate al llamar a "impulsar hitos de movilización amplia y unitaria" como el 8 de marzo y el 1 de mayo, en lo que consideran una "respuesta democrática y social frente a tendencias autoritarias y regresivas" del futuro gobierno de José Antonio Kast.
Esta resolución, adoptada en el último comité central del partido, ha sido fuertemente cuestionada por diversos sectores de la oposición que respaldan al actual gobierno de Gabriel Boric, quienes la han calificado de "imprudente", "irresponsable" e incluso como un "plan de lucha" para desestabilizar al próximo mandatario.
El presidente del PC, Lautaro Carmona, ha salido al paso de estas críticas, asegurando que no van a "caer" en ese "juego" y que los movimientos sociales "tienen vida propia" más allá de la militancia de los partidos. Sin embargo, ha reconocido que la "oportunidad y el tono" del llamado a movilizaciones generaron una "connotación negativa".
Por su parte, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, ha hecho un llamado a que cualquier manifestación sea "siempre pacíficamente", en línea con lo expresado por diputados de partidos como el PS, PPD y la DC, quienes han cuestionado duramente la resolución comunista.
Incluso, se ha planteado que, a partir del 11 de marzo cuando asuma Kast, la actual coalición que sustenta a Boric se terminará, lo que podría profundizar las diferencias entre los partidos de oposición.
Estas posturas serán contrastadas en una reunión pactada inicialmente para el 17 de enero, en medio de un escenario político cada vez más polarizado de cara al cambio de gobierno.












