El turismo en Guayaquil ha tenido que enfrentar una sucesión de crisis en los últimos años, desde paros nacionales hasta la pandemia y atentados terroristas. A pesar de ello, el sector ha logrado sostenerse y mostrar signos de reactivación, aunque persisten problemas estructurales que siguen condicionando su crecimiento.
Según el balance del 2025, el turismo en la ciudad dejó luces y sombras. Desde el sector privado, se reconoce que Guayaquil "resistió, pero no terminó de despegar". Holbach Muñetón, presidente de la Cámara Provincial de Turismo del Guayas, señala que la ciudad aún tiene pendiente aprovechar el nicho del turismo de eventos y convenciones, que no solo atrae visitantes, sino que también multiplica el gasto.
Sin embargo, Muñetón advierte que este tipo de turismo no se desarrolla de manera aislada y depende de factores como la seguridad, las advertencias de viaje y la conectividad aérea, que sigue siendo una limitación. Además, insiste en que la promoción debe ser prioritaria, incluso en contextos adversos.
Desde una mirada técnica, el planificador turístico Raúl Suconota coincide en que 2025 ha dejado avances, como la simplificación de trámites, pero cuestiona la falta de control sobre el espacio público y el deterioro visible en sectores del centro de la ciudad. Suconota considera que la reactivación turística pasa también por recuperar espacios relegados y potenciar atractivos cercanos.
Por su parte, Leticia Sánchez, integrante de la Corporación de Profesionales en Turismo del Litoral, señala que el trato a los visitantes sigue siendo un punto débil en Guayaquil, ya que los turistas llegan con temor por las noticias que reciben sobre la inseguridad.
En este contexto de avances parciales y deudas pendientes, el Municipio destaca los resultados económicos del año. Tahiz Panus, directora municipal de Turismo, ha adelantado que este año cerrarán con 650 millones de dólares de gasto turístico, y no descarta superar los 1.000 millones el próximo año, gracias a la planificación de eventos grandes.
Sin embargo, hay muestras de recuperación, aunque sigue siendo frágil y depende de decisiones estructurales que van más allá de los eventos y las estadísticas. El turismo en Guayaquil aún tiene un largo camino por recorrer para consolidar su reactivación.











